De no estar yo
(eso tan común, eso que estuvo a punto de pasar:
innacer, invivir, inexistir, inser)
¿quién habría llenado
mi cuna,
mi almohada,
mi pupitre en la escuela,
mi mesa en la oficina,
mi puesto en otro corazón?
¿De quién serían todos los sitios que ocupé?
¿De quién sería ahora este yo que acaparo?
¿A quién le he arrebatado
esta plaza en el mundo?
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
2 comments:
A nadie le has arrebatado nada. La plaza es tuya, Isidro.
Un saludo.
Gracias, Isabel. Sin duda que la plaza es de cada uno, pero a veces resulta inevitable hacerse preguntas.
Post a Comment