Sunday, December 20, 2009

Sanos

Un hombre, una mujer pueden estar sanos y
-comprar, vender esclavos como cosas,
-accionar una bomba al paso de otro hombre,
-edificar campos de concentración,
-lanzar gas-mostaza, bacterias, napalm,
-borrar ciudades con uranio o plutonio...
Pueden una mujer, un hombre hacer eso y no por ello ser
enfermos mentales,
ni enfermos del cuerpo,
ni enfermos de nada,
sino cuerdos, lúcidos, equilibrados,
sin mermas ni taras
físicas o psíquicas.
Un hombre, una mujer pueden estar sanos
pero al mismo tiempo gravemente enfermos.
Tan sani-enfermos
un hombre, una mujer,
así de enfermi-sanos pueden estar.

8 comments:

Noite de luNa said...

Pueden o podemos hacer todo eso precisamente porque somos humanos y tenemos la capacidad de pensar como poder hacer más daño.

Felices días

saiz said...

Ninguno de los grandes carniceros de la humanidad, ninguno de esos personajes sanguinarios que a su paso por la vida dejaron una estela de masacre y dolor (Calígula, Napoleón, Hitler, Stalin, tantos otros...), ninguno de ellos -digo- estaba considerado enfermo mental. Ninguno de ellos fue internado en una clínica psiquiátrica. Por el contrario, eran "técnicamente" personas sanas: gente que estaba "en sus cabales". Entonces parece que el concepto de salud y enfermedad es completamente relativo y sus límites o contornos más que dudosos. ¿Habría que redifinir qué significa estar sano o enfermo, o es que sencillamente no hay forma de determinarlo con exactitud?

(Felicidades también para ti y para todos los que, de vez en cuando, tienen la ocurrencia de pasar por este sitio.)

NáN said...

Una ocurrencia que es una feliz idea.

Desconfío de los que aman públicamente, con ostentación y en exceso a los perros, los niños, la primavera y las fiestas de guardar por el sentido que tienen, no por el de fiesta. A veces, resultan temibles. Quizá la diferencia está en lo de "públicamente" y "ostentación". Por que en su ser solo, ¿quién no ama a los perros, los niños y la primavera?

saiz said...

Yo en esto, Nán, estoy muy perdido. No sé si los demás también lo están.

Se dice que Hitler adoraba a su perro, y es sabido que cuando se suicidó en el búnker tuvo buen cuidado de disparar previamente a su perra para evitarle sufrimientos tras la caída de Berlín. De ser así (y parece que lo es), habría mucho que estudiar desde el punto de vista psicológico sobre cómo se puede ser empático con un animal y no así con los seres humanos a los que ordenó gasear.

Se dice que algunas personas aman a los animales tanto como odian a sus congéneres humanos. Es posible. Pero no logro entenderlo. Al final, todo es una cuestión de empatía, de com-pasión (padecer con), de ponerse en el lugar del otro (sea éste persona o animal). Porque, a fin de cuentas, el sufrimiento animal y el sufrimiento humano tienen mucho en común.

Es verdad que hay personas que pueden maltratar animales o contemplar con deleite una corrida de toros... y después ser respetuosos con sus semejantes humanos. Pero para mí hay algo que no encaja en esto.

El mismo principio que nos lleva a no causar dolor y sufrimiento a nuestros semejantes debería llevarnos a no causarlo a los animales. Ya que comemos animales, deberíamos al menos comprometernos a causarles la muerte de la manera menos dolorosa posible.

Lo contrario, ¿no es una especie de enfermedad?

Felicidades, Nán, para ti durante estos días y en todo 2010.

Noite de luNa said...

Os voy a contar una anecdóta sucedida hace años con un compañero de clase de mi hija mayor.
Alto, rubio, ojos azules y 16 añitos el chavalín.
Atemorizaba a todos los chavales de otros lares y confesaba abierta y tranquilamente que los fines de semana iba de caza nocturna...
Un día, apareció en una moto a buscarle un chico negro como el carbón, se saludaron efusivamente y se marcharon juntos en la moto.

Cuando al día siguiente le preguntaron ¿ Sabéis que contestó?

Es negro, pero es mi amigo, no tiene nada que ver con los demás.
La cara que se les quedó al profesor y a los compañeros os la podéis imaginar.

saiz said...

En relación con lo que dices, creo que muchos jóvenes andan desorientados, pues, debido a su inmadurez cronológica, tienen la personalidad en formación, y por ello a menudo están a merced de las influencias, las modas, el afán de llevar la contraria, etc.

La pena es que haya algunos canallas dispuestos a aprovecharse de la gente joven para fines espurios y deleznables. Un caso paradigmático es el del "abertzalismo" vasco, que capta activistas entre chavales de 16 ó 17 años. Y cuando les han puesto un arma en las manos y le han invitado a utilizarla contra un ser humano, la marcha atrás es ya muy difícil.

Noite de luNa said...

Hay he liedo algo al respecto.
La condena francesa al padre y al hijo.
¿Cómo puede pensar el hijo que el padre es un héroe?
Y por supuesto ¿Qué sentirá ese padre al ver que ha hecho un asesino de su hijo?
¿ o no tienen es tipo de sentimientos?

Bienvenido de nuevo

Gemma said...

El delirio, el creer que eran los elegidos, los responsables de fundar una raza de súper-hombres, el puro delirio de llevar en sentido literal a la práctica todos sus presupuestos teóricos (y disparatados, por racistas e inhumanos), fue lo que les llevó a que actuaran con tanta convicción y conformidad con la barbarie.
No fueron encerrados sus líderes hasta que perdieron la guerra porque una mayoría de alemanes comulgaban con ese mismo delirio. Y, entonces, ¿cómo aceptar que todo un pueblo se hallaba enfermo? Sólo tras la derrota y el afeamiento de su conducta por parte de los aliados fueron capaces algunos de darse cuenta de ello... Da miedo pensar lo frágiles que somos intelectualmente, humanamente.
El respaldo de todo un sistema orbitando alrededor de esa barbarie delirante hicieron lo demás: el trabajo sucio de asesinar según las normas...
Un abrazo