Friday, June 13, 2008

Quimeras

Pájaros
que espanté de mi cabeza
mariposas
que ahogué en mi corazón
sueños
deportados por rebeldía forzados a
exiliarse en otras tierras
pasiones
encerradas en mi cárcel
quimeras
que como un inquisidor llevé al
índice de libros prohibidos
(a mi amplio catálogo de herejías objeto de
censura y anatema)...

Yo creí arremeter
contra vosotros
y estaba arremetiendo
contra mí.

6 comments:

Anonymous said...

es de valientes la expiación interior, aunque hay que tener una armadura emocional para enfrentarse a ella, a veces los cadáveres toman vida y se convierten en monstruos.

saiz said...

Gracias, Sandra. Los cadáveres que guardamos pueden tomar vida y convertirse en monstruos... O tal vez no estaban muertos del todo, eran sólo semicadáveres, como los zombis o nesferatus de las películas de miedo. El reto es cruzarse con ellos sin que nos hagan daño, conseguir que se vuelvan inofensivos.

NáN said...

Sí, Saiz, espantar la vida es imposible.

saiz said...

Gracias, Nán, por tu comentario. Lo triste es que no siempre uno puede abrir las puertas que anteriormente se cerró, recorrer los caminos que antes descartó, retomar lo que rechazó o incluso expulsó de sí mismo.

Anonymous said...

A mí me ha pasado siempre pero desde hace muy poco tiempo no espanto nada, ni ahogo un sueño en mi corazón, ni encierro algo en mi cárcel y además me encuentro muy bien. No quiero sentir culpa por tratar de ser feliz, no me reprocho el no querer sufrir. Creo que es mi hora y cojo lo que me regalan, sin más preguntas.

saiz said...

Estupendo, Cloe. Así no tendrás que lamentarte, desde el muelle de la vida, por no subir a esos barcos que no pasan dos veces.