Monday, November 02, 2009

Sin preguntas

Si
enigmáticamente sigilosamente inmotivadamente
llegara la alegría
abramos de inmediato
sin dilación sin remilgos sin preguntar
¿por qué vienes? ni
¿cómo? ni
¿de dónde?
la puerta de la casa
invitémosla a sentarse
saquemos dos cervezas y un plato de aceitunas
y despacio muy despacio
tomémonoslas
con ella.

2 comments:

Noite de luNa said...

Eso, mejor no preguntar y disfrutarla sin prisas.
¿Sabes que decía un amigo que ya no está?

Lo importante es respirar, lo demás, nos llega sin avisar y si es bueno, disfrutarlo.

Saludos

saiz said...

Así es, Aquí me quedaré.

Lo que ocurre con la alegría es que a veces organizamos una fiesta, invitamos a mucha gente (también a la alegría) y, al final, el día de la fiesta vienen todos menos ella.

Y otras veces, cuando no la hemos invitado, la alegría se presenta de improviso: sin avisar.

La alegría es una señora a la que no le gusta que nadie le marque su agenda.