Friday, February 06, 2009

La niebla

Ebriamente perdidos
desnortados
marchábamos en medio de la niebla
de una niebla tupida
casi opaca
como dos sonámbulos que caminan sin saber por dónde van
ni a dónde

Era una extraña bruma
a ratos agria
a ratos sin sabor
y a ratos dulce
(de un dulzor que apetecía tragar
como aquellos algodones de azúcar que de niños comíamos en la feria)

Era una niebla blanda y respirable
era nuestro envoltorio
nuestro hábitat

No deseábamos que ningún sol viniera a levantar esa espesura

Pero no hizo falta: bastó tu ausencia para que ella
a la vez
se disipara

Ahora comprendo que sin ti no quiere seguir humedeciendo los caminos

Se despejó la niebla y
al marcharse
el horizonte se volvió aún más gris

4 comments:

NáN said...

Creo que hay que celebrar, y mucho, este poema.

No he leído todos los que has publicado y puedo equivocarme, pero para mí es el primero que veo claramente de intimidad de pareja, en lugar de los poemas éticos.

A lo mejor no te has dado cuenta, porque precisamente al escribir se nos pasan esas cosas. Pero has alargado hermosamente algunos versos, en contra de lo habitual.

Es emocionante, sencillo y sincero. Y una buena noticia que amplíes el campo; no porque el otro no sea atractivo, sino por la versatilidad que aporta.

saiz said...

Muchas gracias, Nán, por cuanto dices. Tus palabras, visitas y aportaciones son siempre bien recibidas.

Gemma said...

Estoy de acuerdo con Nán. Esa intimidad del yo poético que sacas a relucir es de lo más vibrante.

Un abrazo

saiz said...

Hola, Mega. Me alegra mucho volver a verte por aquí. Yo también visito asiduamente tu página y leo tus relatos, aunque no deje comentario.