Monday, May 18, 2009

Entonces

Si estuviéramos bien equilibrados
idóneamente equilibrados
equilibrados por completo
entonces
no sufriríamos
pues sufrir es inútil nada arregla
no amaríamos
pues amar no es forzoso para permanecer
no añoraríamos
pues añorar no hace que el pasado regrese
no esperaríamos nada
pues esperar de qué sirve y qué fin tiene
no reiríamos
pues qué añade reír qué aporta al mundo

Si estuviéramos bien equilibrados
idóneamente equilibrados
equilibrados por completo
sin torceduras
sin oscilaciones
sin turbulencias
sin deslizamientos
sin zozobras
sin naufragios
sin vértigos
entonces
seríamos rocas provistas de piernas
seríamos piedras con fibras nerviosas

Si estuviéramos bien equilibrados
idóneamente equilibrados
equilibrados por completo
como balanzas precisas fiables
como acabadas figuras geométricas
como las piezas de un motor exacto
como planetas girando en silencio
entonces
seríamos otra cosa
entonces
no seríamos nosotros

4 comments:

NáN said...

Hermosa manera de decir nuestra imperfección.

saiz said...

Así es, Nán. Frente al equilibrio de lo interte (las rocas, las montañas), el desequilibrio de lo vivo.

Y sin embargo los físicos dicen que no es así, sino justo al revés: que hay más desorden (más entropía) en lo inerte que en lo vivo. Que precisamente la muerte es un aumento irreversible de la entropía (el desorden) del ser.

¿Cómo se conjuga esto?

NáN said...

Hace ya tiempo que cuando oigo a los físicos me siento desasosegado. Al final de los tiempos, a lo mejor serán los últimos poetas.

A lo mejor, un ser vivo y pensante es aquel que mantiene en orden desde el cerebro, por la fuerza, cierta unión.

En estos momentos en mi blog hay un relato del taller. Lee el primer párrafo, porque precisamente trata de eso.

Quizá a un roca le falta ese centro de voluntad.

saiz said...

Gracias, Nán. Pasó a leer el relato que dices y luego te comento.