En la playa se fue haciendo de noche, pero el mar me pedía seguir dentro.
Hasta entonces no había reparado en aquéllos que a mi lado flotaban: Todos los pálpitos, las ilusiones, los fugaces destellos de alegría… También la decepción, los desengaños, todo lo que perdí por el camino…
Allí estaban, flotando junto a mí.
Extendí mis brazos para abarcarlos. Removí a unos con otros y les dije:
“No sabía que vivierais aquí, ni tampoco que fuerais tan amigos”.
“No vivimos aquí” -me contestaron. “Sólo hemos salido a nadar un poco: a nosotros también nos llamó el mar. En realidad, estábamos en ti, y ahora tenemos ya que volver dentro”.
“Lo comprendo” -añadí entonces. “Sois yo”.
Asintieron. Y, poco a poco, fueron regresando al lugar donde vivían.
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2 comments:
No podemos deshacernos de todo lo bueno y lo malo que nos hemos encontrado en nuestro camino. Para bien o para mal, nos acompañarán siempre.
Un beso.
Son ellos, los que nos fuimos encontrando, quienes nos modelan y nos moldean.
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