Si nuestro amor resiste
el asedio del cazo,
la agresión de la mopa,
el roce de eso ya lo habías dicho,
la erosión de me duele la espalda,
el acoso del tubo de dentífrico,
el envite de la tapa del váter,
el asalto de la factura del gas,
el desafío de la ropa tendida…,
si nuestro amor resiste todo eso,
si nuestro amor aguanta y sobrevive y
-aunque maltrecho- aún puede respirar,
entonces lo miraremos
sorprendidos,
extrañados,
y le diremos
“explícanos:
¿cómo has logrado tú solo
-con tus pequeños músculos desprovistos de acero-
imponerte a esa banda de
salteadores de caminos?”.
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4 comments:
Muy hermoso. Me recuerda un verso que creo que es de Jorge Guillén
"Total amor dificil, siempre en obra".
Gracias, Aurora. Creo que no conozco el poema a que te refieres. He puesto el verso que reproduces en google y no aparece, o al menos no lo encuentro. Es lamentable que todavía haya poemas ausentes de la Red y que para leerlos haya que acudir aún al papel (o sea, a libros que muchas veces están agotados o descatalogados). Si tienes el poema, te agradeceré que me lo remitas al blog o por e-mail. Un abrazo.
Si eso pasa, si resiste, la pregunta final es innecesaria. Celebrar la vida y el amor sin preguntarse hasta que no funcione es mi método.
Así es, Nán. Es como todo lo demás (el agua corriente, el suministro eléctrico...): que sólo somos verdaderamente conscientes de ellos (y de su importancia, y de su valor) cuando dejan de funcionar.
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