Di el nombre de algún muerto
de algún soldado muerto
en la batalla de las Termópilas
en la guerra de los Cien Años
en Trafalgar
en Waterloo
en Bailén
en San Quintín
en aquellos capítulos de los libros de historia
Di el nombre de un muchacho
el nombre de un cadáver de esos de las trincheras
de algún cuerpo de aquellos que allí quedaron sueltos
dispersos
insepultos después de la matanza
Di el nombre
un solo nombre
de algún soldado raso
del que cargaba el cañón o acarreaba la pólvora
¿A que no?
¿A que no puedes?
Nos silencian los nombres
Nos los han ocultado
Los que escriben la historia se han puesto de acuerdo
se han confabulado
se han conjurado todos
para escondérnoslos
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2 comments:
No hay nombres para la masa. Tienes razón. No aspiraban a más gloria que a la de regresar.
Así es, Nán. Unos hicieron la historia y otros (los más, casi todos) la sufrieron.
¡Tanta gente muerta por decisión de otros, sin seguramente irles ni venirles la razón última de la guerra, que probablemente ni siquiera conocerían! Y ni siquiera sabemos sus nombres porque no importaban, ni a los que entonces decidieron las guerras ni a quienes después escribieron sobre ellas. Iban como borregos al matadero (pero ¿por qué tanta obediencia a esas decisiones absurdas?, ¿o es que hay algo en los humanos que nos hace ser así de sumisos?). Eran simplemente carne de cañón y nunca sabremos sus nombres.
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