Un respeto para toda esa gente que lloró
lágrimas de realidad
(auténticas lágrimas de sal y agua)
por la muerte del pescador Chanquete,
por las muertes de Julieta y Romeo,
por la muerte de E.T. (El Extraterrestre),
por la muerte de la madre de Bambi…
(ocurrencias, sin más, de unos guionistas,
muertes arteras de trampa y cartón,
fingidas muertes que a nadie engañaron).
Un respeto para todos aquéllos que
no lloraron por
muertes ficticias
sino porque esas muertes de mentira
eran hechos cercanos, familiares.
Que lloraron porque esas muertes eran
tan llorables como las de verdad.
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6 comments:
Yo soy de las que lloré. Hasta llore´ por la muerte del Rey-León. Un plcer y un privilegio leerte.
Lloré por todos ellos. Lloro por todo lo que me emociona del día a día y sin embargo, la mayoría de las veces, hasta pado un tiempo soy incapaz de llorar por la de verdad.
Me ha gustado mucho tu relato, compañero de parvulario
Un abrazo
Perdón..
hasta pasado un tiempo.
Gracias, Aurora y Luna, por vuestros comentarios. Yo creo que, aunque prácticamente todo el mundo ha llorado al leer algunos libros o al ver ciertas películas, en el fondo se llora por emociones y, recuerdos reales: por vivencias que esos libros o películas remueven; por emociones dormidas que, ante esas narraciones, se despiertan y afloran.
Muy bueno. Yo lloraba a moco tendido viendo La Casa de la Pradera. Ahora ya entiendo porqué.
Gracias, Underground, por tu comentario.
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