A veces viene un viento del pasado,
ciclónico,
girando en espiral.
Cerramos por completo las ventanas pero el viento se cuela por las grietas,
las rendijas,
los poros de la casa.
A veces viene un viento rancio y triste,
un viento estérilmente impetuoso que se filtra por entre las paredes.
A veces viene un viento del que nadie está en disposición de resguardarse.
Hay que agarrarse al suelo del presente,
con fuerza,
para no ser arrancados,
para no ser devueltos a esas islas,
a aquellos arrecifes abismales de los que tanto nos costó partir.
A veces viene un viento del pasado.
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2 comments:
Qué certero, Isidro.
Gracias, Nán, por tu comentario. Siempre es motivo de gran satisfacción recibir tu visita.
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