Engaños azules como el cielo.
Engaños que vibran como oír.
Engaños luminosos como ver.
Engaños pulsionales como amar.
Engaños que excluyen como el asco.
Engaños tramposos como el placer.
Engaños que alertan como el miedo.
Engaños neuronales como el dolor.
Engaños simétricos como la belleza...
Mentiras y engaños. Continuos,
tenaces.
Pero
¿qué devendríamos si
nos desmintieran?
¿En qué quedaríamos si
nos desengañaran?
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2 comments:
Yo creo que no seríamos de ninguna manera. Simplemente no seriamos.
Gracias, Aurora.
Nuestra realidad es irreal. O sea: nuestra verdad es mentira.
Los vivientes somos subjetivos: interpretamos o traducimos la realidad.
Objetivos son los gases, el agua, las rocas. Ellos no tienen que interpretar nada.
Para ser objetivo habría que ser un objeto.
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