Los que nos apetece recordar,
los llevados a la incineradora,
los que borraríamos si pudiéramos,
los que recuperamos del desván,
los olvidados,
los desolvidados...
os lleváis bien y
compartís estancia
en un mismo repliegue
bajo el cráneo,
en un mismo amasijo
con arrugas,
en una misma esponja
informe y gris.
Y en medio de esos surcos sois
lo mismo:
puro vacío,
pura inexistencia.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
4 comments:
Vine a asegurarme de que sigues por aquí. Y qué alegría me llevo de ver que sigues escribiendo.
Un abrazo muy fuerte, Isidro.
Tambien yo sigo pasando por aqui aunque no siempre deje comentario. La verdad que a veces quedo tan impresionada al leer los poemas que realmente no sé que decir o comentar. Pero bueno, de vez en cuando también quiero dejar rastro de mi paso en forma de comentario. Un abrazo.
Muchas gracias, Paralelo 49 y Aurora, por volver por aquí.
Repliegue, amasijo, esponja, surcos... A mí a lo que realmente me recuerda el cerebro es la gelatina que hace mi madre.
Post a Comment