Oh sueños que dejé tan arrumbados
varados en la costa del olvido
que no os di de comer
ni de beber
que no os vestí
ni cuidé de vosotros
como un padre que abandonó a sus hijos
que no os abrí la puerta de mi casa
y ni siquiera me digné ayudaros a que os buscarais la vida ahí fuera
pobrecillos
por mí tan maltratados
tan dejados de la mano de dios
del microdiós que os soñaba
o sea yo
¿cómo podría deciros que lo siento?
¿cómo me haría perdonar
de vosotros?
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2 comments:
Hay un fondo de culpa en algunos sueños, es peligroso, la culpa busca castigo, y el castigo dolor. Mejor comprensión, nuestros sueños están ahí como parte hermosa, como magia de lo cotidiano. Sencillamente no era el momento, no estábamos preparados ó nos falló la decisión, siguen ahí, esperándonos, haciéndonos fuertes.
Gracias, Sandra. Me gustan mucho tus comentarios.
Esa idea de que los sueños, pese a que a menudo los hemos olvidado y tratado mal (maltratado), están ahí -como dices- "esperándonos", me parece muy esperanzadora.
Se ve que no son rencorosos, que, pese a nuestro desdén o abandono, siguen ahí (como un perro fiel) esperando el regreso de su amo-soñador.
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