Sunday, March 16, 2008

Es blando y permeable el pecho de los hombres
y de ahí que lo cubramos de láminas metálicas
de olvido
de frialdad
de dureza fingida
de callosa cubierta
pero son placas frágiles de un metal oxidable
como de hoja de lata
más bien pura apariencia
no son capas a prueba de atroces embestidas
de dientes afilados
de punzadas cortantes
y por eso está herido el pecho de los hombres
por eso tan partido
tan roto de
agujeros

2 comments:

Anonymous said...

A veces, creemos que podemos protegernos pero no somos capaces de hacerlo. Pensamos que somos fuertes, que nada puede hacernos más daño pero sí, lo hay y volvemos a caer en la misma piedra que nos ha herido. Lo malo es que nunca se pueden tapar esos agujeros por mucho que tratemos de curar la herida y llegará un momento que no quedará sitio para uno más. O quizá sí, tal vez el corazón se agranda para dar cabida a más dolor. Menos mal que siempre tiene un rinconcito que es inmune, un lugar en el que uno sueña que está a salvo.
Cloe

saiz said...

Muchas gracias, Cloe, con tu comentario. De él, me apunto especialmente esta frase: "menos mal que siempre tiene un rinconcito que es inmune". Sí, menos mal. Y ojalá que ese rincón siga ahí por mucho tiempo.