Todo viene de nada y en nada se reencuentra.
Nada nos engendró y nada ha de acogernos.
Nada nos dio el impulso; nada vendrá a pararnos.
Nada nos alumbró; nada nos apagará.
Cuando cese tu empuje y tu luz se oscurezca,
qué suerte, madre nada,
qué suerte y qué consuelo descansar
en tus brazos.
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3 comments:
Sí, es curioso que el todo venga de la nada. Me recuerda un poema creo que de Blas de Otero, que dice algo así como "Qué más da que la nada fuera nada si más nada será. Después de todo,
después de tanto todo para nada"
Gracias, Aurora. Me alegra verte de nuevo por aquí, o tal vez vienes y no dejas comentarios.
Llevas razón. Parece como si la Nada fuese el estado normal y habitual, y el Todo (o simplemente el Algo) es un microparéntesis en medio de la nada.
¿Cuánto tiempo mediará entre el Big Bang y el apagamiento de todo? Puede que mucho, pero es probable también que ese tiempo sea, proporcionalmente, una insignificancia en medio de la eternidad.
Y esto que es aplicable para el universo también lo es, a mucha más pequeña escala, para nosotros. Para nuestra fugacidad.
Venimos del no-ser (ese sucedáneo de la nada) y vamos al no-ser. O sea, un corto viaje de la nada a la nada.
Gracias por la cita que haces: realmente escribir es siempre reescribir: decir lo que otros ya dijeron, aunque sea con otras palabras (o a veces con las mismas).
Un abrazo.
Creo que ese poema es de José Hierro, en Poemas de Nuva York.
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