Thursday, April 30, 2009

Dónde iréis

¿dónde iréis a alojaros después
átomos míos?

átomos de estos ojos
de estos pies
de estas manos
de esta lengua
de este corazón
de este cerebro

(disculpad lo de míos es tan sólo un decir
ninguna posesión tengo sobre vosotros
más bien es al contrario
soy yo el que os pertenezco
de vosotros el cuerpo su materia de ahora)

átomos diminutos
átomos migratorios
cuando no seáis la argamasa de este edificio
cuando no seáis el cemento de esta estructura
¿dónde vais a dormir en las noches siguientes?
¿dónde os despertaréis cada nueva mañana?
¿dónde y en qué os instalaréis
átomos míos?

2 comments:

aurora said...

Me emocionó. A mí me gusta pensar que los átomos de las personas que he querido y se marcharon para siempre, siguen de alguna manera en el mundo, tal vez mezcladas con el aire, y que por ejmplo cuando respiro entran en mis pulmones esas partículas y me aportan su energía.
Un abrazo.

isidrosaizdemarco@hotmail.com said...

Gracias (y perdona que no haya contestado antes: los fines de semana suelo estar en un sitio sin ordenador ni Internet).

Es muy bonito lo que dices. Tu comentario es un poema en sí mismo: respirar los átomos de aquéllos que nos amaron o a los que amamos y ya no están aquí (o sea, ellos no pero sí su materia: esas partículas que los compusieron).

Lo que afirmas es como decir, no metafóricamente sino con propiedad, que "el amor está en el aire". Y en realidad puede ser exacto, porque los átomos de que nos componemos no mueren. Son mutables, cambiantes, nómadas... pero -precisamente por eso- son inmortales.

Al menos mientras exista universo, esos átomos seguirán estando presentes, igual que estuvieron aquí desde el principio de los tiempos.

Ahora están provisionalmente en nosotros; pero antes conformaron otras cosas (o animales, o personas) y volverán a hacerlo después.