Ebriamente perdidos
desnortados
marchábamos en medio de la niebla
de una niebla tupida
casi opaca
como dos sonámbulos que caminan sin saber por dónde van
ni a dónde
Era una extraña bruma
a ratos agria
a ratos sin sabor
y a ratos dulce
(de un dulzor que apetecía tragar
como aquellos algodones de azúcar que de niños comíamos en la feria)
Era una niebla blanda y respirable
era nuestro envoltorio
nuestro hábitat
No deseábamos que ningún sol viniera a levantar esa espesura
Pero no hizo falta: bastó tu ausencia para que ella
a la vez
se disipara
Ahora comprendo que sin ti no quiere seguir humedeciendo los caminos
Se despejó la niebla y
al marcharse
el horizonte se volvió aún más gris
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4 comments:
Creo que hay que celebrar, y mucho, este poema.
No he leído todos los que has publicado y puedo equivocarme, pero para mí es el primero que veo claramente de intimidad de pareja, en lugar de los poemas éticos.
A lo mejor no te has dado cuenta, porque precisamente al escribir se nos pasan esas cosas. Pero has alargado hermosamente algunos versos, en contra de lo habitual.
Es emocionante, sencillo y sincero. Y una buena noticia que amplíes el campo; no porque el otro no sea atractivo, sino por la versatilidad que aporta.
Muchas gracias, Nán, por cuanto dices. Tus palabras, visitas y aportaciones son siempre bien recibidas.
Estoy de acuerdo con Nán. Esa intimidad del yo poético que sacas a relucir es de lo más vibrante.
Un abrazo
Hola, Mega. Me alegra mucho volver a verte por aquí. Yo también visito asiduamente tu página y leo tus relatos, aunque no deje comentario.
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