Alguna relación
directa
indirecta
inversa
qué sé yo...
ha de haber entre
esa música que oigo
y lo que me hace
sentir.
Otros textos del autor pueden leerse en los libros "Este sol de la infancia" y "Miedo a no volar" (El importe de cada uno es en torno a 8 euros y se destina íntegramente a fines benéficos y humanitarios. Más información en las páginas www.publicacionesacuman.unlugar.com http://publicacionesacuman.blogspot.com.es
4 comments:
Y lo gracioso es que lo que a mí me hace vibrar a otro le es indiferente. Qué cosas más dispares surgen de la música, según sea el oyente. Pero para mí es tan necesaria, tan intensa algunas veces, que me da la impresión de que no podría vivir sin ella.
Un abrazo.
Gracias, Cloe. A mí me intriga especialmente por qué un ritmo, unos acordes, unos compases, unos silencios... despiertan en nosotros emociones que, obviamente, no tienen en principio ninguna relación con aquellos sonidos. Me resulta enigmático. Y además, la música por sí misma (desprovista de elementos lingüísticos, o sea, sin palabras) nos golpea generalmente de un modo más intenso que el lenguaje. Es como si consiguiera pasar por túneles y recovecos que el idioma no puede atravesar. Supongo que a otras personas les ocurrirá lo que a mí: que a veces una melodía cantada en lengua extranjera ha removido mis emociones, y, cuando por curiosidad he conseguido la traducción de su letra, ésta me ha decepcionado. No es que la letra sea mala, simplemente no está (casi nunca puede estar) a la altura de la música.
La música tiene una incidencia positiva en nuestro estado anímico, se utiliza con gran éxito en todo tipo de terapias, desde casos graves hasta leves. Es una pena que no tengamos educado el oido musical para disfrutar más. Personalmente siempre tengo un momento sí para Chaikovsky ó Rajmáninov, el jazz me relaja y me estimula, los ritmos brasileños me resultan dulces y sentidos a la vez, etc. Luego las canciones que asociamos a recuerdos ó personas, la de kiss me de sixpence none, tiene un rostro infantil, me da alegria y jovialidad, otras como la de i was born to loving you de fredito, me parece una osadia, una exaltación en activo, y un privilegio en pasivo ser nacido para ser querido.
Gracias por tu comentario. Algunas de las melodías que citas no las identifico, pero intentaré escucharlas. Un abrazo.
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