Disuelto en tanta gente
que grita por algo
(no importa por qué
por lo que sea
porque España metió un gol a Alemania)
y de pronto grito
sí yo también grito
no porque me guste el fútbol sino
porque me hacía falta
porque ya era hora de
por un momento
dejar de ser
yo
8 comments:
el poema tiene forma de copa (de Europa?) ¿Es casualidad o no?
Me ha encantado, porque me ha pasado algo parecido y andaba con la mosca detrás de la oreja, dudando de mí mismo.
¿De verdad tiene esa forma? Si es así, te aseguro que es casualidad.
Gracias, Nán. Lo máximo a que puede aspirar quien escribe un poema es a que otra persona, leyéndolo, se reconozca.
Ya se ve que no hay nada que se libre de la fiebre del futbol.
Sintiendote a ti mismo, tu yo real que está ahí, siempre contigo, aunque todo lo demás falle.
Gracias, Sandra. Fue bonito ver tanta gente feliz, riendo. Uno se sentiría muy anómalo no uniéndose a la celebración. Porque, aunque la causa de su felicidad pueda no llegarnos, el hecho mismo de a felicidad ajena es un motivo para sentirse feliz (y, de paso, unirse a ella).
Eso mismo sentí yo. De pronto uní mi felicidad a la de tantos otros y estuve muy contenta de que fuera así. Y también grité, más que nada en los últimos tres minutos que fueron los que ví.
y sobre todo que ya era hora de que nos tocara celebrar algo así.
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