Desilusión, des-sueños, desamor en el sitio donde antes anidaban los sueños, el amor, las ilusiones.
¿Dejaron algo en mí tras su partida? ¿Algo más consistente que el recuerdo?
¿Quedó al menos el eco del empuje, la fuerza de vivir que transmitían -ese soplo que inflaba mi existencia-?
No: Quedó sólo el hueco que ocuparon; algunos trozos de mí en el suelo; y una tenue esperanza de que venga otro afán a instalarse en el vacío.
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"A veces, creí que la vida me sonreía y mi corazón se llenaba de esperanza pero luego me sentía tan triste y tan sola, que sólo me quedaba un camino para no sufrir. Pero antes de alcanzar ese camino encontraba otra luz en mi horizonte y volvía a llenarme de ilusión" (1979)
Sólo esos instantes son los que me ayudaron y me ayudan a vivir.
Lo escribí con 17 años y sigo pensando igual. La ilusión debes ponerla cada día y gracias a Dios he podido tapar los huecos con nuevas esperanzas. Espero poder seguir haciéndolo.
Un abrazo.
¿Escribiste eso con 17 años? Pues sigue escribiendo y, sobre todo, sigue enviándomelo.
Abrazos para ti.
Gracias, Isidro. Lo que escribí entonces, de los quince a los dieciocho, es una verdadera tontería, cosas de cría. Todo sigue un monotema: desear que me quisieran y tratar de ser otra que no era. Pero al hacerlo conseguía no sentirme tan sola y tan desgraciada.
Ahora, cuando lo leo, me sonrío porque recuerdo cada momento vivido que plasmé en aquellas hojas, cada sentimiento, cada lágrima, todo.
Sé que el tiempo ha pasado, aunque yo sigo sintiéndome a veces como aquella niña, tan frágil, tan vulnerable, tan deseosa de amistad y de cariño. Aunque también sé que he muerto mil veces y he nacido de nuevo, que soy distinta, que soy otra diferente, ni mejor ni peor, sólo otra. Pero en cada rincón de mí misma sigue estando ella, impregnada en cada poro de mi piel. Y creo que me gusta que así sea.
Un beso.
Vaya, después de leer lo que he escrito, no sé si me he explicado. Disculpa el lío.
Un abrazo.
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