Tanto tiempo ya,
señora Alegría,
sin saber de Usted,
que hasta había olvidado cómo
era su rostro,
qué se siente al verlo.
Tanto tiempo ya,
señora Alegría,
que al verla de lejos,
al verla acercárseme,
incluso al tocarla con mis
propios dedos…,
no supe que era Usted quien
venía.
(Su cara me suena,
pero ahora no caigo.)
No me encendí al verla,
no la saludé;
y no vaya a creer que fue por
desplante.
No vaya a pensar,
señora Alegría,
que no me alegro de que haya
venido.
Fue sólo que al principio no
la reconocí.
3 comments:
Tan acostumbrados estamos a las decepciones de los últimos tiempos, que a ver si de verdad va a llegar la alegría, y ocupados como estamos en despotricar contra todos, no nos vamos a enterar!!
A veces estamos tan ocupados esperando la llegada de una alegría desbordante , que nos olvidamos de disfrutar de las docenas de chispazos de alegría cotidianos que tenemos al alcance de la mano.
Se te echaba de menos y he disfrutado de una gran alegría. Ves ?? lo que te decía.
Y yo a veces estoy tan ocupado por otras cosas que se me olvida leer los comentarios. Gracias, Pilye, por tus palabras. Un abrazo.
Alegría ,cuanta falta nos hace!
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