Oh sueños que dejé tan arrumbados
varados en la costa del olvido
que no os di de comer
ni de beber
que no os vestí
ni cuidé de vosotros
como un padre que abandonó a sus hijos
que no os abrí la puerta de mi casa
y ni siquiera me digné ayudaros a
que os buscarais la vida ahí fuera
pobrecillos
por mí tan maltratados
tan dejados de la mano de dios
del microdiós que os soñaba
o sea yo
¿cómo podría deciros que lo siento?
¿cómo me haría perdonar
de vosotros?
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2 comments:
Tus lamentos éticos me parecen precisos y preciosos. Pero ese perdón, solo a nosotros mismos lo debemos.
Sin embargo, Nán, el autoperdón, la autodisculpa, la autoindulgencia son muchas veces las formas más difíciles de absolución.
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