Aunque un día de octubre de 1962
no hubiera yo venido…;
aunque un día de (pon aquí el mes del año en que naciste)
no hubieras tú llegado...,
es seguro que
hasta 1975 habría habido guerra en Vietnam,
en 1991 habría habido guerra en Kuwait,
el 11 de marzo de 2004 habría habido estallidos en Atocha…
Todo habría irrumpido secuenciadamente,
según lo previsto y
conforme al programa.
¿Le suma o resta algo nuestro existir al mundo?
¿Le añade o quita algo?
Ni parece que tú o yo causemos los desmanes
ni parece que tú o yo los evitemos.
Para ser como es, lo real se vale bien
sin ti,
sin mí.
¿Hemos de irnos de aquí
sin haber ampliado la zafiedad, el oprobio…
pero sin haberlos tampoco refrenado?
¿Hemos de irnos de aquí sin alterar la agenda
(el horrendo programa,
el algoritmo triste)?
¿Hemos de irnos de aquí tan vanamente?
¿Hemos de irnos de aquí tan de vacío?
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7 comments:
Gran poema y gran interrogante. Yo no creo que haya un programa preestablecido de todas las tragedias que los humanos nos buscamos a nosotros mismos, pero lo que creo que hay es una gran falta de capacidad de reacción para romper con las amarras que nos llevan a nuestro actual estado.
Yo tampoco creo que estemos predeterminados para tener que sufrir esta sucesión de hechos humanicidas.
La referencia que hago al "programa", el "algoritmo" o el "proceso en marcha" es en realidad a esa especie de telaraña en que estamos inmersos.
Pero no, no creo que ninguna tragedia humana sea, ni haya sido, inexorable.
Me desagrada oír afirmaciones como "la guerra mundial era inevitable", "la guerra civil española no pudo evitarse", etc. Por supuesto que todos esos dramas pudieron evitarse, pero hacía falta mucha ecuanimidad, mucha generosidad, mucha altura de miras... Y, por desgracia, los humanos no andamos sobrados de esto.
Los impulsos egoístas, el tribalismo o nacionalismo (esa temible hidra, ese cáncer de la humanidad) nos lo han impedido y, por lo que se ve, nos lo siguen impidiendo.
Hace poco leí que nuestra inteligencia tiene un millón de años, mientras que los instintos (nuestros instintos) tienen miles de millones de años de historia. Así que, en la lucha entre la inteligencia y los instintos, parece que éstos últimos llevan las de ganar. Pero yo espero que no siempre sea así.
La sensación que deduzco tras leer el poema es como si fuéramos ajenos a todo lo que pasa, como si todo lo que pasa en el mundo pasara por su propia inercia y sin contar ni reparar en nosotros. Yo también tengo a veces esa sensación.
Personalmente me niego a creer que hagamos lo que hagamos va a dar igual. No es lo mismo actuar como un Hitler que actuar como un Gandhi. Y eso no es tanmpoco indiferente para el mundo.
Desde luego que no. Lo que hagamos no es indiferente. Lo único que pasa es que nuestro poder personal (el poder individual de cada uno por separado) es tan diminuto que a veces da la sensación de que somos ajenos, "alienados", respecto de la realidad global. Da la impresión de que esta realidad total se mueve a impulsos de sí misma. Sólo esa sensación o impresión es lo que quería transmitir el poema.
Espero que no se haya interpretado de otro modo, es decir, como una especie de rendición o capitulación, como una invitación a la pasividad "porque nuestro hacer individual no sirve de nada". Antes bien, creo que sí sirve y que, pese a esa impresión (para mí inevitable), hay que intentar "no irnos de aquí tan vanamente", "no irnos de aquí tan de vacío" (reitero ahora algunas frases del poema).
En cuanto a lo que en otro comentario anterior dije acerca del nacionalismo, querría precisar que no me refiero exactamente a los nacionalismos que tenemos en la política española. Es decir, también a ellos, pero en general considero "nacionalismo" todo lo que supone la creación o el mantenimiento de barreras y fronteras dentro del mundo. La "nosotridad" de nuestro grupo, nuestra nación, nuestro pueblo, nuestro Estado, nuestro... frente al vuestro.
Me parece obvio que esa fragmentación o "compartimentización" del mundo está en la génesis de todas las guerras y que, mientras no se acabe con ello, la humanidad no habrá superado su fase tribal y sub-humana (equiparable a los animales que marcan el territorio con sus secreciones, su orina, etc). A ese nacionalismo es al que me refiero, pues en cierto modo el nacionalismo viene a ser a los pueblos lo que el egoísmo es a las personas.
Gracias por vuestros comentarios.
Ah, cierto, yo soy tan nimio.
Pero el nosotros es tan inmenso.
Gracias, Nán. Lo has resumido todo en apenas 10 palabras.
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