Los que habéis labrado que no ame lo injusto,
que lo cruel y destructivo no me atraiga,
que hacer daño me haga daño,
que me repugne humillar…
Donde quiera que estéis
y seáis quienes seáis:
yo os declaro mis únicos,
mis verdaderos Dioses.
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2 comments:
Aunque es muy difícil que los buenos sentimientos estén siempre en mi corazón, al menos intento no hacer a alguien lo que no quiero que me hagan a mí, y si éso se lo inculcó un Dios a mis padres para que ellos me lo enseñasen a mí, ese Dios es el mío.
Cloe
Entonces lo importante tal vez no sea quién o quiénes (o qué: quizás no tiene personalidad, tal vez es un ente o una cosa) nos lo inculcaron.
Sólo el hecho de inculcárnoslo y el contenido que nos inculcó.
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